La Asociación Israel, Mi ángel de la guarda, nace del deseo de ayudar al prójimo por parte de Lilly Torres, más conocida como la tía Lilly. Ella, como muchos de nosotros, siempre sintió esa inquietud de hacer algo más para ayudar a los demás y Dios fue poniendo en ella los caminos para alcanzar ese deseo.
Lilly, seguía una vida normal: todos los días se levantaba temprano para hacer la movilidad escolar, ponía al día algunos pendientes de la casa, jugaba voleibol con sus amigas, realizaba algunos talleres y voluntariados por la tarde y en la noche disfrutaba de la compañía de su familia. Hasta que Dios decidió que el rumbo ahora iba a ser diferente: a Lilly le diagnosticaron cáncer al pulmón.
Aunque la primera reacción fue el temor y desconsuelo, Lilly no iba a dejar que esa enfermedad intervenga en sus planes, muy por el contrario, le dio fuerzas para emprender nuevos y Dios puso muchos ángeles a su alrededor para realizarlos.
Una de esas experiencias fue un Taller de Ángeles, donde Lilly comprendió que estos maravillosos seres del cielo están con nosotros para ayudarnos a cumplir nuestra misión, por ello cada uno tenemos nuestro “ángel de la guarda”. ¿Cómo es tú ángel de la guarda? – Tiene el cabello castaño, alas grandes y una túnica de color lila – respondió Lilly cerrando sus ojos. ¿Cómo se llama? – es Israel, mi ángel de la guarda.
Ahora Lilly había re-conocido a su aliado en el cumplimiento de su misión, el ángel de la guarda que Dios había enviado para ella, su compañía para seguir luchando y sanarse. Lilly, a pesar de la adversidad de un cáncer ahora extendido a los huesos, quería dar testimonio de la alegría de su vida con Cristo y crear una forma de ayudar a quienes más lo necesitaban.
Sin embargo, Dios tuvo mejores planes para ella y una misión muy especial que ahora debía cumplir desde el cielo. Lilly, nació a una nueva vida el 19 de febrero del 2007, dejando sembrada en la tierra la semilla de Israel, una asociación fundada el 17 de agosto del 2007 por César, Miriam y Cecilia, esposo e hijas de Lilly, con el fin de dar continuidad a ese legítimo deseo de ayudar al prójimo y dar testimonio con obras de infinito amor de Dios.
Lilly sigue cumpliendo su misión, bendiciéndonos desde el cielo y guiando los pasos de esta asociación como nuestro ángel. Ahora como Israel, mi ángel de la guarda.
¡Gracias tía Lilly!